Fundesarrollo lanza informe sobre las características de la pobreza monetaria en la región Caribe
La Fundación para el Desarrollo del Caribe –Fundesarrollo– presentó este lunes el primer tomo de una serie de análisis sobre la pobreza monetaria en el Caribe colombiano.
Barranquilla, septiembre 15 de 2025. Específicamente en las ciudades capitales de la región, la pobreza monetaria afectó a 1,8 millones de personas en 2024, lo que equivale al 11% del total nacional. A esta cifra se suma una amplia población en situación de vulnerabilidad, abarcando, entre ambas clases sociales, más del 60% de los habitantes del Caribe.
La primera entrega de este estudio se concentra en la dimensión demográfica y la distribución territorial de la población en situación de pobreza en el territorio.
Brechas intra-regionales
El informe señala que, en 2024, el Área Metropolitana de Barranquilla concentraba el 35% de los pobres del Caribe. Sin embargo, la capital del Atlántico registró la tasa más baja de la región, mientras que Riohacha la más alta, con una brecha de 18,5 puntos porcentuales entre ambas.
De acuerdo con Fundesarrollo, esta disparidad demuestra que la pobreza en el Caribe no es homogénea y que cada territorio enfrenta realidades distintas, haciendo necesario diseñar soluciones diferenciadas y ajustadas a cada contexto.
Dinámicas demográficas
Según los datos revelados, el 53% de la población pobre son mujeres. Esto, señala la entidad, podría estar asociado a un menor acceso al mercado laboral y a una mayor carga de responsabilidades de cuidado en el hogar. Así mismo, la pobreza afecta predominantemente a los jóvenes, lo que refleja un riesgo de perpetuar ciclos intergeneracionales de desigualdad.
El documento también analizó el Índice de Envejecimiento en 2024, que mide la relación entre la población mayor de 60 años y la menor de 15. Las ciudades del Caribe se ubican en un punto intermedio del indicador, por debajo del promedio nacional, reflejando, según la entidad, una transición demográfica marcada por el doble desafío de reducir la pobreza entre los jóvenes y atender al mismo tiempo las crecientes demandas de la población mayor.
Recomenciones de Fundesarrollo
A partir de este panorama, el centro de pensamiento presenta una serie de recomendaciones:
-
- Fortalecer la coordinación intergubernamental mediante plataformas de gobernanza territorial integradas.
- Implementar rutas laborales que combinen formación técnica, acompañamiento psicosocial, incentivos a empleadores y esquemas de cuidado (guarderías comunitarias).
- Implementar políticas integrales para la primera infancia, educación y transición al empleo juvenil con enfoque territorial.
- Lanzar una estrategia dual: invertir en capacidades juveniles mientras se prepara la economía local para el envejecimiento.
Con esta publicación, Fundesarrollo busca ofrecer una radiografía precisa y actualizada de la pobreza monetaria en la región Caribe colombiana, aportando al debate público y al diseño de políticas diferenciadas que respondan a los desafíos locales. El próximo tomo abordará las características de los hogares en situación de pobreza y, posteriormente, el tercero analizará su relación con el mercado laboral.
Un apagón no solo apaga la luz. Aunque no toda la economía se paraliza, las fallas eléctricas afectan sectores clave y ponen en riesgo la productividad, los ingresos y el bienestar de miles de familias en la región.
¿Qué está en juego para la región Caribe si no actuamos ya?
Un apagón no solo apaga la luz. Aunque no toda la economía se paraliza, las fallas eléctricas afectan sectores clave y ponen en riesgo la productividad, los ingresos y el bienestar de miles de familias en la región.
- Por los diversos motivos asociados a la crisis de la región, los cortes de energía podrían volverse más frecuentes y extensos, afectando no solo a los hogares, sino también a hospitales, empresas, colegios y servicios clave para la vida diaria.
- Sin un servicio eléctrico confiable, la región pierde competitividad. La inversión —tanto nacional como extranjera— se aleja, y con ella las oportunidades de empleo y bienestar para su población.
- La falta de soluciones sostenidas mina la confianza en las instituciones y alimenta la frustración social.
- Sin acceso a energía constante y de calidad, se amplían las brechas sociales y se profundiza la precariedad en barrios y municipios que ya enfrentan múltiples carencias.
¿Qué se necesita para salir de la crisis energética en la región Caribe?
Tras varios años de modelos fallidos, la solución no puede seguir siendo apagar incendios. La región Caribe requiere un nuevo modelo de prestación del servicio eléctrico que entienda su realidad social, climática y económica.
¿Qué implica esto?
-
- Resolver de fondo la situación de Air-e, con una decisión definitiva del Gobierno (como la liquidación o reestructuración) que permita saldar deudas, garantizar la continuidad del servicio y recuperar la confianza.
- Asegurar el pago de las deudas acumuladas por parte del Estado, especialmente las relacionadas con subsidios no transferidos y pérdidas reconocidas por el regulador, para no seguir afectando la caja de los operadores.
- Diseñar un nuevo esquema de operación y regulación regional, que tenga en cuenta las condiciones diferenciales de temperatura, pobreza y expansión urbana de la región.
- Fortalecer la planeación de la demanda y oferta energética a nivel territorial, incorporando energías renovables, almacenamiento y proyectos comunitarios.
- Mejorar los mecanismos de seguimiento, control y rendición de cuentas sobre inversiones, calidad del servicio y gestión empresarial de los operadores.
Gráfica 1. Escenarios de la Reforma al SGP
Fuente: Cálculos propios. DANE
Fundesarrollo lanza informe sobre las características de la pobreza monetaria en la región Caribe
La Fundación para el Desarrollo del Caribe –Fundesarrollo– presentó este viernes el primer tomo de una serie de análisis sobre la pobreza monetaria en el Caribe colombiano.
Barranquilla, septiembre 15 de 2025
Específicamente en las ciudades capitales de la región, este fenómeno afectó a 1,8 millones de personas en 2024, lo que equivale al 11% del total nacional. A esta cifra se suma una amplia población en situación de vulnerabilidad, abarcando, entre ambas clases sociales, más del 60% de los habitantes del Caribe.
La primera entrega de este estudio se concentra en la dimensión demográfica y la distribución territorial de la población en situación de pobreza en el territorio.
Brechas intra-regionales
El informe señala que, en 2024, el Área Metropolitana de Barranquilla concentraba el 35% de los pobres del Caribe. Sin embargo, la capital del Atlántico registró la tasa más baja de la región, mientras que Riohacha la más alta, con una brecha de 18,5 puntos porcentuales entre ambas.
De acuerdo con Fundesarrollo, esta disparidad demuestra que la pobreza en el Caribe no es homogénea y que cada territorio enfrenta realidades distintas, haciendo necesario diseñar soluciones diferenciadas y ajustadas a cada contexto.
Dinámicas demográficas
Según los datos revelados, el 53% de la población pobre son mujeres. Esto, señala la entidad, podría estar asociado a un menor acceso al mercado laboral y a una mayor carga de responsabilidades de cuidado en el hogar. Así mismo, la pobreza afecta predominantemente a los jóvenes, lo que refleja un riesgo de perpetuar ciclos intergeneracionales de desigualdad.
El documento también analizó el Índice de Envejecimiento en 2024, que mide la relación entre la población mayor de 60 años y la menor de 15. Las ciudades del Caribe se ubican en un punto intermedio del indicador, por debajo del promedio nacional, reflejando, según la entidad, una transición demográfica marcada por el doble desafío de reducir la pobreza entre los jóvenes y atender al mismo tiempo las crecientes demandas de la población mayor.
Recomenciones de Fundesarrollo
A partir de este panorama, el centro de pensamiento presenta una serie de recomendaciones:
1. Fortalecer la coordinación intergubernamental mediante plataformas de gobernanza territorial integradas.
2. Implementar rutas laborales que combinen formación técnica, acompañamiento psicosocial, incentivos a empleadores y esquemas de cuidado (guarderías comunitarias).
3. Implementar políticas integrales para la primera infancia, educación y transición al empleo juvenil con enfoque territorial.
4. Lanzar una estrategia dual: invertir en capacidades juveniles mientras se prepara la economía local para el envejecimiento.
Con esta publicación, Fundesarrollo busca ofrecer una radiografía precisa y actualizada de la pobreza monetaria en la región Caribe colombiana, aportando al debate público y al diseño de políticas diferenciadas que respondan a los desafíos locales. El próximo tomo abordará las características de los hogares en situación de pobreza y, posteriormente, el tercero analizará su relación con el mercado laboral.
Consulta el informe aquí.
Un apagón no solo apaga la luz. Aunque no toda la economía se paraliza, las fallas eléctricas afectan sectores clave y ponen en riesgo la productividad, los ingresos y el bienestar de miles de familias en la región.
¿Qué está en juego para la región Caribe si no actuamos ya?
Un apagón no solo apaga la luz. Aunque no toda la economía se paraliza, las fallas eléctricas afectan sectores clave y ponen en riesgo la productividad, los ingresos y el bienestar de miles de familias en la región.
- Por los diversos motivos asociados a la crisis de la región, los cortes de energía podrían volverse más frecuentes y extensos, afectando no solo a los hogares, sino también a hospitales, empresas, colegios y servicios clave para la vida diaria.
- Sin un servicio eléctrico confiable, la región pierde competitividad. La inversión —tanto nacional como extranjera— se aleja, y con ella las oportunidades de empleo y bienestar para su población.
- La falta de soluciones sostenidas mina la confianza en las instituciones y alimenta la frustración social.
- Sin acceso a energía constante y de calidad, se amplían las brechas sociales y se profundiza la precariedad en barrios y municipios que ya enfrentan múltiples carencias.
¿Qué se necesita para salir de la crisis energética en la región Caribe?
Tras varios años de modelos fallidos, la solución no puede seguir siendo apagar incendios. La región Caribe requiere un nuevo modelo de prestación del servicio eléctrico que entienda su realidad social, climática y económica.
¿Qué implica esto?
-
- Resolver de fondo la situación de Air-e, con una decisión definitiva del Gobierno (como la liquidación o reestructuración) que permita saldar deudas, garantizar la continuidad del servicio y recuperar la confianza.
- Asegurar el pago de las deudas acumuladas por parte del Estado, especialmente las relacionadas con subsidios no transferidos y pérdidas reconocidas por el regulador, para no seguir afectando la caja de los operadores.
- Diseñar un nuevo esquema de operación y regulación regional, que tenga en cuenta las condiciones diferenciales de temperatura, pobreza y expansión urbana de la región.
- Fortalecer la planeación de la demanda y oferta energética a nivel territorial, incorporando energías renovables, almacenamiento y proyectos comunitarios.
- Mejorar los mecanismos de seguimiento, control y rendición de cuentas sobre inversiones, calidad del servicio y gestión empresarial de los operadores.