Publicado el 29 de noviembre de 2021,

Ese desafío requiere que el Estado continúe sus esfuerzos con el fin de reducir el costo país y generar las condiciones para que las Pyme desarrollen procesos de innovación.

Si las micro, pequeñas y medianas empresas constituyen 99,5% del tejido empresarial de Colombia y están presentes en casi todos los sectores productivos, entonces necesitamos que mejoren su productividad, se inserten en las cadenas regionales de valor y se consoliden en el mercado nacional y en el exterior, para que nuestra economía crezca.

Ese desafío requiere que el Estado continúe sus esfuerzos con el fin de reducir el costo país y generar las condiciones para que las Pyme desarrollen procesos de innovación, sofisticación y diversificación de su portafolio de productos y servicios; accedan a fuentes de financiación menos costosas en términos de tasas de interés y formas de pago; vinculen talento humano mejor capacitado y más eficiente; y logren niveles de calidad que les permitan vender fuera de sus regiones y del país.

Datos de la Cámara de Comercio de Barranquilla muestran que del tejido empresarial del Atlántico 90% son micros, 7% pequeñas, 2% medianas y 1% son grandes. De estas, el mayor número está en los sectores de comercio y servicios. Los diagnósticos muestran que dado su nivel organizacional nuestras Pyme tienen limitaciones en tecnologías de producción, mano de obra calificada, y capacidad gerencial. También las abruman la falta de demanda y de caja, la alta competencia, las pesadas cargas tributarias, el excesivo costo de los servicios financieros, y las inflexibles normas laborales que impactan su estructura operativa.

Un avance de una encuesta presencial hecha por la CCB en estos tiempos de pandemia resalta otras dificultades del empresariado del Atlántico como la caída en ventas; carencia de capital de trabajo; gastos muy altos en arriendos, nómina y servicios públicos; y escasez y encarecimiento de materias primas. Algunas medidas para superar esos desafíos son del resorte interno de las compañías, pero otras exigen decisiones de políticas públicas y un real fomento de las vocaciones productivas de las regiones.

En la Cámara de Comercio de Barranquilla seguimos comprometidos con contribuir a superar esas deficiencias y las barreras que las Pyme encuentran en su camino hacia la sostenibilidad, la consolidación, el fortalecimiento y el escalamiento. Lo hacemos mediante iniciativas orientadas a mejorar su productividad, incursionar en nuevos mercados externos, e incrementar ventas y utilidades.

Caribe Exponencial, el programa de aceleración que le apuesta al desarrollo empresarial, es un buen ejemplo de ello. En alianza con las Fundaciones Santo Domingo y Promigas, Andi Atlántico, la Universidad del Norte, ProBarranquilla y Fundesarrollo, acompañamos el crecimiento de compañías de alto potencial mediante mentorías y estrategias de escalamiento. La segunda convocatoria estará abierta hasta el 13 de febrero de 2022. Otro camino hacia el crecimiento es el esquema clúster que les permite complementarse con otras empresas, sin dejar de competir; y adaptarse a los cambios tecnológicos y culturales de estos tiempos.

Lo hacemos desde la convicción de que las Pyme son un medio excelente para impulsar el crecimiento y lograr una mejor distribución de la riqueza. Porque si ellas crecen, crece el país.

Publicado en La República

 

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