Publicado el 12 de agosto de 2020
Uno de los efectos más devastadores que arrastra la crisis económica a raíz de la COVID-19 es el cierre de docenas de negocios en la Costa Caribe que ante la nula rentabilidad de sus operaciones toman la difícil decisión de desplegar sus esteras y colgar el cartel de cerrado. La pandemia se llevó sus sueños.
Carteles de venta o de arriendo pueden observarse en diferentes zonas de Barranquilla y con mayor frecuencia en los sectores con alto movimiento comercial. Un panorama que contrasta con la reciente reapertura que está viviendo la capital del Atlántico, producto del buen comportamiento epidemiológico, y que ya suma a más de 2.000 locales comerciales reactivados.
Roberto Cáceres, gerente general de Colliers International, señaló que “el comercio a la calle sufrió los impactos del aislamiento preventivo obligatorio, mostrando nuevos locales disponibles en zonas icónicas de la ciudad como el Paseo Bolívar y la concurrida calle 72”.
“Desde el punto de vista urbanístico Barranquilla es una ciudad más pequeña que otras ciudades, pero es muy comercial y se ha visto, de verdad, una intensión genuina del mercado de quererse autorregular. Es lamentable cuando se llega a situaciones donde definitivamente termina una relación en la entrega de un inmueble”, señaló Sandra Carbonell, directora ejecutiva de la Corporación Lonja de Propiedad Raíz de Barranquilla.
Carbonell señaló que el gremio está trabajando para “evitar que se den las vacancias inmobiliarias” y por ello están ejecutando un programa de gestión de acuerdos. “La única forma de lograr minimizar la vacante inmobiliaria para que a su vez el efecto en el desempleo se pueda controlar es llegando a acuerdos entre las partes”, precisó.
Según datos de la Lonja de Barranquilla con corte al 30 de junio, en la ciudad por cada 1.000 inmuebles comerciales el 51% no ha pagado el canon de arrendamiento. A nivel nacional este porcentaje tiene de media un 38,4%.
“El impago de los cánones de arrendamiento en la ciudad es bastante superior al resto del país, lo cual tiene su lógica, ya que en junio casi todo el país estaba dando pasos importantes en su reapertura económica, mientras que nosotros hicimos el intento y se recogió”, asegura.
La Lonja calcula que por cada 1.000 inmuebles comerciales en Barranquilla el 70,7% presenta algún tipo de acuerdo entre las partes. Esta cifra es superior a la media nacional de 48,8%, lo que se traduce en que existen más aproximaciones entre las partes. Pese a esto, según plantea la ejecutiva, parte del acuerdo puede involucrar la entrega de la propiedad.
Sin embargo, el gremio no cuenta con el porcentaje oficial de locales que se han devuelto por parte de los arrendadores.
“Llevamos los meses de abril, mayo, junio y julio, cuatro meses consecutivos con esta misma situación, entonces sostener esa cantidad de tiempo ciertas condiciones no es fácil”, sostuvo Carbonell.
En una encuesta correspondiente al mes de julio y elaborada entre los diferentes gremios económicos de la ciudad, la Cámara de Comercio de Barranquilla y Fundesarrollo, se determinó que el 6,1% de las empresas en la capital del Atlántico cerró definitivamente.