Publicado el 10 de febrero de 2020

Autoridades en alerta por el aumento de embarazos no deseados durante las fiestas en Barranquilla.

«Qué es lo que tiene el Carnaval de Curramba…
Es una orgía de fiesta
Donde sale todo el mundo
Y luego a los nueve meses es cuando salen los frutos
(Bebé llorando)
¡mamá, papá!”

Esa es parte de la letra del merengue del dominicano Cuco Valoy, ‘Frutos del carnaval’, uno de los himnos del Carnaval de Barranquilla, que por estos días vuelve a sonar en todas las estaciones radiales y estaderos de la ciudad, y que los barranquilleros y carnavaleros bailan, gozan, cantan con mucha picardía, porque saben que la historia del tema refleja una realidad: el incremento de la natalidad en ‘Curramba’.

Y así lo muestran las cifras de la Secretaría Distrital de Salud de Barranquilla, que reporta que en los últimos cinco años los nacimientos, por los llamados ‘polvos carnavaleros’ en ‘La Arenosa’ aumentan en el último trimestre del año, eso sí dependiendo la fecha de la temporada de las fiestas.

Es solo ver las cifras, teniendo en cuenta que un embarazo puede estar entre las 37 y 42 semanas, después de la concepción. En el 2015 los carnavales fueron del 14 al 17 de febrero, en noviembre, es decir nueve meses después, fueron recibidos 2.211 bebés. Solo estuvo por debajo de octubre (2.216) y diciembre (2.237). Ese año nacieron en Barranquilla 22.946 criaturas.

«Las carnestolendas propician un ambiente socio-festivo-afectivo-sexual cuya praxis trae frutos nueve meses después»

Con excepción del año pasado, en que se reportaron 21.875 partos, el mes de enero fue el que marcó el número más alto los llamados ‘frutos del carnaval’, 2.032, pero tiene una explicación: las fiestas del Rey Momo fueron del 2 al 5 de marzo, es decir se corrió un mes.

El investigador cultural y sociólogo barranquillero Guillermo Mejía recuerda cifras de Fundesarrollo que indican que durante los meses de octubre y noviembre se incrementan los nacimientos en Barranquilla, hasta en un 58% en comparación con el mes de febrero. “Es muy interesante y revelador en atención a que las carnestolendas propician un ambiente socio-festivo-afectivo-sexual cuya praxis trae frutos nueve meses después”, sostiene.

Alerta en los hospitales

El Carnaval de Barranquilla es considerado por la Unesco ‘Obra maestra del patrimonio oral e intangible de la humanidad’, y este año se celebrará del 22 al 25 de febrero y es la fiesta popular más importantes de Colombia.

Por eso, el año pasado para esta época, la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) lanzó en Barranquilla la campaña ‘Ponte el capuchón de la razón’, con la que busca prevenir el embarazo juvenil durante el Carnaval, al considerar esta fiesta como un escenario de riesgo que incrementa el indicador de embarazos no planificados en el Caribe colombiano.

Después de los carnavales varias enfermeras y médicos consultados por EL TIEMPO coinciden en señalar que se les incrementa el trabajo y no precisamente nueve meses después, a la hora del parto, sino a las pocas semanas de terminadas las fiestas.

Muchos de estos embarazos son riesgosos ya que no son programados,y el número de mujeres menores de edad, entre 14 y 16 años, es alto, lo que también dispara los abortos.

Mujeres embarazadas

Las consultas de control de embarazos se incrementan en el segundo semestre del año.

Foto: Vanexa Romero / EL TIEMPO

“Llegan pacientes con sangrado, contando que tienen retraso, pero son provocados por ellas mismas”, cuenta una veterana enfermera de un hospital de Barranquilla, al asegurar que abril y mayo, es frecuente atender casos de abortos y que durante el examen físico les encuentran tabletas intravaginales.

El Hospital Niño Jesús de Barranquilla, cuya especialidad es la atención de partos en el departamento, en el último trimestre del 2019 colapsó la atención a mujeres embarazadas. “Sobrepasó nuestra capacidad”, dijo la gerente del hospital, Karina Orozco, quien contó que, además de las pacientes que llegan con sus frutos del carnaval, se sumaron las pacientes venezolanas, lo que desbordó la atención. Aquí en promedio al día se atienden 20 partos y al mes nacen unos 600 bebés.

Otro problema que desencadena los encuentros sexuales casuales o irresponsables durante los carnavales son las enfermedad de transmisión sexual, entre estas el VIH/sida.

Reacción de las autoridades

La Secretaría de Salud de Barranquilla comenzó a promover durante esta temporada de carnaval, la campaña ‘Soy responsable de mi salud’, que busca adoptar hábitos saludables frente al consumo de alcohol y alimentos en estas fiestas, la prevención de infecciones respiratorias y de transmisión sexual y los embarazos no planeados.

El riesgo de contraer infecciones de transmisión sexual y los embarazos no planeados aumentan en la temporada de Carnaval. “Durante el primer trimestre de cada año se incrementa el número de embarazos en promedio un 20 por ciento por encima del resto del año”, precisa el secretario de salud distrital, Alexánder Moscoso.

Entre las actividades para prevenir el tema de embarazos no planeados se comenzó a realizar

la entrega de 100.000 preservativos en eventos masivos de Carnaval, así como de material educativo, acerca del uso adecuado del condón y sus beneficios para la prevención de embarazos y de infecciones de transmisión sexual y VIH. “Esta es una estrategia para invitar a la población a pensar en los riesgos de una sexualidad insegura”, dice Moscoso.

La dependencia dispuso, aseguró Moscoso, de 500 funcionarios que en estos momentos trabajan en ferias de salud sexual y reproductiva en las localidades donde se evidencia un incremento de nacimientos en jóvenes y adolescentes; en talleres y lúdicas para la prevención de embarazos y la implementación de un modelo educativo que incorpora la cátedra de salud sexual y reproductiva en la formación académica en 5 Instituciones Educativas Distritales, interviniendo 1.100 adolescentes de las localidades priorizadas.

Más allá de la fiestas

El concepto de que carnaval es sinónimo de embarazo es un tema del que se han ocupado no solo las autoridades de salud, sino los mismos académicos que explican que es una idea que ya forma parte del imaginario colectivo y está tan difundido en el folclor popular que artistas como Dolcey Gutierrez lo registran en sus pegajosas canciones carnavaleras: “Todo el que nace en noviembre es hecho en los carnavales, porque de febrero a noviembre hay nueve meses cabales. Si te nace nena, échale maicena, y si te nace macho, búscale los cachos».

Gran Parada

El Carnaval de Barranquilla es la fiesta popular mas importante de Colombia.

Foto: Vanexa Romero/EL TIEMPO

El sociólogo Édgar Rey Sinning, reconocido estudioso de las fiestas populares del Caribe y especial de sus carnavales, explica que el carnaval es una especie de desorden organizado y eso permite ciertas libertades entre esas de tomar trago, de bailar como sea , de salir a la calle y por supuesto de tener relaciones sexuales.

“Las fiestas por su naturaleza, la ingesta de alcohol, la alegría y toda una serie de factores que están alrededor de lo festivo incitan de alguna manera a compartir y una de las formas de compartir precisamente a partir de tener relaciones sexuales” , manifiesta Sinninig.

De tal manera que es la euforia, la alegría, agrega él, lo que invita a desfogarse también en la sexualidad, en tener el romance, en fin… “El carnaval invita que toda esa, con la música, con la alegría, con el alcohol, con los colores, con el rose, tocarte”.

Sobre este mismo punto, el sociólogo Ferney Rodríguez Serpa asegura que el erotismo del baile incide en un mayor roce carnal en épocas de carnavales, de ahí que se producen muchas relaciones de oportunismo sexual sin prevención alguna.

“La gente en carnaval dispone más de tiempo, de modo que se planifican más encuentros sexuales y, sin duda, no hay una cultura responsable de prevención de embarazos y enfermedades de transmisión sexual”, enfatiza al advertir que el alcohol y las sustancias psicoactivas son determinante, “pues la embriaguez deja perder fácilmente el control del libido sexual”.

De allí que Rodríguez llame la atención de la falta de políticas públicas sobre una cultura sexual responsable, que va más allá de repartir preservativos todos los años en época de carnaval.

Por último, el investigador cultural Guillermo Mejía opina que ciertos valores de orden familiar y personal sucumben al delirio hasta trascender a un interrogante contundente, que lanza otra parte de la misma canción de Cuco Valoy: “¿Qué es lo que tiene el carnaval de Curramba que enloquece a la hija como enloquece a la mama?”…

De allí pues, que las realidades del carnaval no son solo desfiles de fantasía. “En el carnaval todo cambia, son cuatro días desenfrenados y glorioso, para aterrizar luego en la dura realidad”, concluye Mejía.

Publicado en El Tiempo

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