Publicado el 30 de octubre de 2019
Una de las primeras tareas que deberá abordar el nuevo alcalde de Barranquilla es la de mejorar los índices de calidad educativa de los colegios públicos de la ciudad.
Al respecto, un estudio reciente de Fundesarrolo -Fundación para el Desarrollo del Caribe- titulado por un diario local: “El 50% de los bachilleres no cursa estudios superiores”, nos muestra una verdadera radiografía sobre la calidad educativa en el nivel medio en nuestra ciudad.
En primer lugar, en lo que se refiere a las pruebas Saber 11 (del último año de estudios secundarios) en el 2018, como en años anteriores, seguimos bordeando la media nacional con 251 puntos, estando muy por debajo de ciudades como Bucaramanga (283), Tunja (282), Bogotá (271), Pasto (269), Manizales (264), Pereira (260) o Medellín (255). Es más, cuando se refiere solo a colegios oficiales en Barranquilla el promedio baja a 248. Llama la atención que en las instituciones públicas de jornada única el promedio sube a 270, sin embargo hoy menos de la cuarta parte de las mismas están en esa condición.
La brecha persistente en los resultados entre los alumnos de los colegios privados y oficiales en la ciudad puede obedecer a su nivel de acceso a la tecnología. Mientras que en las instituciones privadas hay una relación de 1 computador por cada 17 estudiantes, en los públicos es de 1 por cada 22 educandos, el doble de la media nacional (1×11) o de ciudades como Bucaramanga (1×11) y Medellín (1×11) y muy por encima de Cali (1×8) y Bogotá (1×9).
De otro lado, hay registrados en la ciudad 10.649 profesores lo que da una relación en el total de 1 docente por cada 25 alumnos, lo cual es superior a la media nacional (1×23) y a Bogotá (1×21), Bucaramanga (1×22) y Cartagena (1×24). Si tomamos solo los colegios oficiales de Barranquilla la relación sube a 1×29.
Otra labor por acometer es sin lugar a dudas el de la cobertura escolar sobre todo en el nivel preescolar que es del 67% y en la media académica que es de solo el 57%.
Finalmente, solo ingresan de manera inmediata a la universidad el 50% de los bachilleres que egresan anualmente en la ciudad, superando el promedio nacional (42%) pero por debajo de ciudades como Tunja (61%), Ibagué (60%), Bucaramanga (54%) y Bogotá (54%).
A propósito de esta radiografía en una entrevista le sugerimos a la directora de Fundesarollo, Kelina Puche, analizar la ejecución del presupuesto específico para la educación en Barranquilla -alimentado además por recursos del Sistema General de Participaciones (SGP)- con el de ciudades que hoy nos aventajan en materia educativa como Tunja, Ibagué, Pereira, Manizales, Pasto, Cartagena, Bucaramanga, Cali, Medellín o Bogotá, la mayoría con menos recursos pero que seguramente los están utilizando de manera más eficiente.
Es claro que hemos visto las cuantiosas inversiones del distrito en infraestructura educativa, en alimentación escolar y en mejorar los índices de las pruebas Saber y el bilingüismo. Pero falta aún más. Debemos recordar que de lo que estamos hablando es de la calidad de nuestros bachilleres. De la manera como enfrentarán al mundo tan competitivo de hoy. De la forma en que serán mejores empresarios, profesionales, políticos, dirigentes, funcionarios, en fin mejores ciudadanos que puedan cualificar nuestra sociedad.
Hay algo que no estamos haciendo bien, que no está produciendo los mejores resultados, que no está siendo eficaz, es decir no cumple los objetivos trazados. Y como nos enseñaron los mayores: “No hay peor mal que el bien que no se sabe hacer…!!”