Publicado el 27 de junio de 2019

Barranquilla tiene la mayor tasa de crecimiento de empleo y la de menor desempleo del país. En el primer trimestre tuvo dos puntos negros en su desempeño económico: una caída en sus exportaciones frente al mismo periodo de 2018 y una alta tasa de liquidación de empresas. Además, desde 2016 se ha ubicado como la primera ciudad con mayor inversión pública por habitante.
Así lo manifestó Kelina Puche, directora de Fudesarrollo, en el foro Desigualdad y deterioro ambiental: un análisis a las políticas urbanas de Barranquilla, llevado a cabo en la Univesidad del Norte.
Puche sin embargo, detalló que los niveles de desigualdad están deteriorándose. Desde 2016, agregó, la ciudad experimenta un aumento progresivo de la desigualdad que, de mantener la tendencia, “al cabo de 2022 (próximo periodo de gobierno) estaríamos perdiendo 10 años de lucha contra la desigualdad”, sostuvo.
Según la ejecutiva, Barranquilla pasó de ser la ciudad con mayor igualdad en horas de trabajo semanales en 2013, a ser la ciudad con mayor desigualdad en 2018, de acuerdo con el índice Gini (medida clásica para la desigualdad). “La ciudad aunque cuenta con Gini bajo, tiene las mayores desigualdades de calidad de educación y de los menores crecimientos del promedio de Prueba Saber 11. El acceso a bienes de consumo, calidad educativa y carga laboral tienen índices bajos”, enfatizó la funcionaria.
Sistema socioecológico
Juanita Aldana, profesora investigadora del departamento de Química y Biología de la UNiversidad del Norte, analizó la ciudad, aplicando un marco conceptual de sistemas socioecológicos que habla de los territorios compuestos por las relaciones entre sus ecosistemas y la sociedad.
Datos indican que las ciudades ocupan aproximadamente el 3 % de la superficie del planeta, pero son el epicentro de consumo de recursos, producción de desechos y generación de las políticas asociadas al cambio global. Concentran el 55 % de la población global. En Colombia, el 77, 8 %. Es por eso que para Aldana las comunidades no pueden seguir entendiendo una ciudad sin entender el territorio que las rodea.
“Tenemos en Barranquilla, desde un gradiente más rural al más urbano, ecosistemas como el bosque seco tropical, áreas de manglares en la Ciénaga de Mallorquín, el río Magdalena, pero también otros en las áreas urbanas, como los parques urbanos e incluso los patios de las casas. Son los servicios que proveen esos ecosistemas, demandados por la sociedad para generar beneficios. Este flujo será sostenible si tenemos un sistema de gobernanza capaz de mantenerlos de forma sostenida”, manifestó la docente.
“Estudios del Ideam nos dicen que la erosión en el área metropolitana es alrededor del 86 %, es decir, los suelos están altamente degradados, los cuerpos de agua contaminados y la sedimentación del río Magdalena sigue siendo un problema para la navegabilidad y de seguridad ante las inundaciones. Esto nos confirma que históricamente la economía crece, la población y el producto interno bruto aumenta, pero los indicadores relacionados con la calidad de los ecosistemas, como la pesca en la Cuenca del río Magdalena, ha disminuido drásticamente, al menos desde el 1975 a 2008”, señaló Aldana.

Publicado en La Libertad

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