Publicado el 7 de Agosto de 2018

Desde su elección Iván Duque anunció que se empeñará en unir al país E El Caribe espera las inversiones para cerrar la brecha social.

Con la promesa de entregar todas, sus energías por unir a Colombia y la invitación a pensar “un país con todos y para todos”, Iván Duque ofreció su primer discurso tras su elección como el presidente número 118 de la historia.

Juventud y experiencia se mezclan en el hombre que para algunos encarna una nueva generación que llegará a la Casa de Nariño, y para otros representa el continuismo de su mentor político.

Iván Duque armó un gabinete ministerial lleno de mujeres y técnicos, de quienes espera sean de largo aliento para combatir la corrupción, fortalecer la seguridad ciudadana, conseguir una justicia eficaz, promover el emprendimiento, corregir el acuerdo de paz y desarrollar una Colombia sostenible ambientalmente, entre otras metas que se ha trazado.

La crisis de gobernabilidad que vive la región es otro punto que requiere especial atención. Los casos de mandatarios que no han podido culminar un período completo como Riohacha, La Guajira, Córdoba y el más grave de todos, Cartagena, exigen “un gobierno nacional que cree un entorno favorable que permita superar este tema y que haga presencia estatal en nuestra región”, asegura Kelina Puche, directora de Fundación para el Desarrollo del Caribe.

REFORMAS

Aunque la paz ha sido un protagonista de primer orden en la agenda que se espera aborde el nuevo gobierno, hay gran expectativa por lo que serán las reformas pensional y tributaria.

Para Fundesarrollo es primordial que de entrada se dejen claras las reglas de juego por un largo período de tiempo.

“No es posible que cada dos años, cada tres años, estemos de nuevo haciendo unos cambios en las condiciones de tributación para la población en el país, eso genera bastante inestabilidad”, explicó Kelina Puche.

Asimismo, Fundesarrollo enumera otra serie de asuntos que esperan sean prioritarios en la agenda gubernamental: la crisis de movilidad en las ciudades; el colapso de los sistemas de transporte masivo; las condiciones de intercambio y comercialización de los tratados de libre comercio para equilibrar la balanza comercial de las ciudades, en especial en las costas donde se desarrollan los puertos; y la adopción de una política pública de adolescencia y juventud para facilitar el acceso de los jóvenes al trabajo y atacar las altas tasas de fecundidad en las madres adolescentes.

Publicado en el Heraldo- PressReader

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