Publicado el 4 de marzo de 2022

Por: Oriana Alvarez Vos

Las dificultades persisten especialmente en un país donde un amplio porcentaje de empresas pequeñas tienen problemas para la adopción de estas nuevas tecnologías como consecuencia de la falta de recursos y conocimiento. Además, el impacto de las tecnologías digitales sobre la productividad no será automático, sino por el contrario, dependerá  de una serie de intervenciones que promuevan el desarrollo de competencias digitales y que se articulen con las políticas industriales y tecnológicas tanto nacionales como locales.

El concepto de “transformación digital” es confuso y en ocasiones complejo; estudios sobre el tema argumentan que este término hace referencia a un cambio creado por el uso de las tecnologías digitales que genere una mejora de resultados para todos los actores involucrados. En el contexto actual, las tecnologías digitales han permitido el desarrollo de innovaciones en los modelos de negocios y sistemas de producción en todos los sectores económicos, nuevas dinámicas de trabajo, y, de acceso a la justicia, salud y entretenimiento. Dentro de las ventajas asociadas se encuentran el aumento de la productividad y aceleración de crecimiento sobre todo en el caso de las micro y pequeñas empresas.

En las últimas décadas el país ha estado estancado en materia de productividad con respecto a otras economías emergentes; el Plan Nacional  de Desarrollo (PND) define los lineamientos estratégicos de las políticas públicas, y uno de sus pactos transversales es el denominado “Pacto por la Transformación Digital de Colombia” que contiene el enfoque del gobierno para  facilitar la disrupción digital y tecnológica como herramienta que ayuden a lograr una economía mucho más competitiva y productiva. El acelerado cambio tecnológico en el que se encuentran las economías del mundo y que involucra a todos los sectores ha demostrado que la utilización de estas herramientas son un motor de crecimiento y generación de nuevos empleos.

Hasta ahora la competitividad del país se ha basado en la abundancia de los recursos naturales lo que ha llevado a una estructura de producción poco diversificada, con escaso valor agregado y una especialización de las exportaciones que se concentra en bienes de bajo contenido tecnológico. Este tipo de modelos económicos y tal como lo ha demostrado la crisis de 2020 puede originar periodos de rápido crecimiento que no necesariamente favorecen el incremento de la productividad. Para lograr esto, se necesita adoptar e incorporar la tecnología en los procesos productivos para que las empresas puedan competir en un entorno que cambia constantemente a medida que la tecnología evoluciona.

Es indudable el esfuerzo que tanto el sector público como privado están haciendo para impulsar la transformación digital en Colombia para mejorar la productividad. El Centro para la  Cuarta Revolución Industrial, los programas de capacitación para las Mipymes en comercio electrónico y de incentivos para el desarrollo de aplicaciones que se ajuste tanto al sector como al tamaño de la empresa, son un ejemplo de estas intervenciones.

Las dificultades persisten especialmente en un país donde un amplio porcentaje de empresas pequeñas tienen problemas para la adopción de estas nuevas tecnologías como consecuencia de la falta de recursos y conocimiento. Además, el impacto de las tecnologías digitales sobre la productividad no será automático, sino por el contrario, dependerá  de una serie de intervenciones que promuevan el desarrollo de competencias digitales y que se articulen con las políticas industriales y tecnológicas tanto nacionales como locales.

*Directora de Fundesarrollo

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