Publicado el 11 de enero de 2019

Las amplias disparidades regionales, la alta informalidad laboral, los elevados costos tributarios para las empresas, la baja productividad de estas, el incremento de la economía ilegal, la concentración de exportaciones primarias y el descuadre del sistema pensional constituyen serios obstáculos económicos para atender la necesidad y el deseo colectivo de apretar el paso del progreso social.

La geografía y el modelo económico privilegiaron el desarrollo del centro del país. El poder político resultante ha sesgado las inversiones del gobierno central que incrementan las brechas existentes. El ingreso de un bogotano promedio triplica al de un habitante de cuatro de los departamentos del Caribe. La pobreza multidimensional en las regiones Caribe y Pacífico atrapa una proporción de la población cinco veces mayor que en Bogotá. Sin embargo, a manera de ejemplo, entre el gobierno anterior y el actual han comprometido$21 billones solo en sistemas de transporte masivo en Bogotá y su rica sabana. Así las diferencias con la periferia se profundizan e impiden mejorar la vergonzosa desigualdad nacional.

Los costos tributarios y su complejidad desincentivan la creación y la formalización de empresas e impactan su competitividad. Las empresas formales colombianas han padecido una tasa efectiva fiscal cercana al 70%. Es decir, entre nación, departamentos y municipios se quedan con más de dos tercios de sus utilidades. En América Latina esa porción es del 46% y entre los países  de la OCDE es del 41%. A pesar de ello, Colombia recauda solo un 21% del PIB, algo menos que en América Latina y mucho menos que el promedio de la OCDE. O sea, aquí las empresas que pagan,  pagan más, pero hay menos empresas y personas que pagan. Las exprimimos más en lugar de ir tras los informales, los ilegales y los evasores.

La informalidad es el flagelo del mercado laboral. El 48% de los ocupados urbanos son informales. En el campo es peor. Tales niveles solo lograron reducirse en 3,3% en este siglo, gracias sobre todo al traslado del costo de los parafiscales de la nómina al presupuesto nacional. Según Fundesarrollo, la informalidad incluye más del 70% de los hogares en clase vulnerable y les hace resbalosa la subida a la clase media. Según Planeación Nacional, la bajísima tributación de una empresa informal representa una seria competencia desleal para las empresas formales pequeñas y medianas.

“En el largo plazo la productividad es casi todo”, dijo el Nobel Krugman sobre el secreto de la prosperidad económica. En China, la productividad explica casi 2% anual de su crecimiento económico entre 2000-2016. En Colombia este factor realizó un aporte negativo al crecimiento en las últimas décadas. Aquí solo crecemos por más gente y más inversión. La productividad de un coreano triplica la de un colombiano, la de un chileno la duplica. Pero ello no depende solo de individuos, sino de la innovación empresarial, la infraestructura, los servicios y todo el ecosistema económico.

Continuará con las otras tres plagas.

Publicado en El Heraldo

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