Columna de opinión | Esta semana fue posible conocer el borrador de la reforma laboral. Entre los cambios más importantes se encuentran el pago completo de domingos y festivos (hoy la tarifa es el 75 % del costo de un día entre semana), el horario de la jornada nocturna que arrancaría a las 6:00 p. m. y no a las 9:00 p. m. como está actualmente, la vinculación con un contrato laboral de los aprendices que implica que las empresas deberán pagar no solo su aseguramiento a una ARL, sino que también les corresponderá asumir todas las demás prestaciones sociales y contribuciones parafiscales, la regulación justa y necesaria del trabajo en plataformas digitales y la restricción del empleo temporal.
Evidentemente, cada una de estas medidas generarán un impacto tanto para los trabajadores como para las empresas del sector formal, pero ¿y en dónde quedan los desempleados y los informales? Tal y como está planteada la reforma genera una gran preocupación sobre las implicaciones que pueda tener en el desempleo y la informalidad en Colombia, pero particularmente en la región Caribe. El incremento de los costos laborales y de acuerdo con los estudios que existen sobre el tema, se traducen en desincentivos a la contratación que termina afectando la generación de empleo, especialmente el de las personas más vulnerables, aquellas con menores niveles de educación y las mujeres. Así mismo, incorporar mayores rigideces en el mercado de trabajo termina impactando a los trabajadores informales. Según el informe de la Misión de Empleo no toda la informalidad laboral del país resulta del incumplimiento de la ley, sino de las exclusiones que se generan como resultado de la misma. Por lo anterior, es necesario que el proyecto también incluya propuestas concretas de cómo mejorar la articulación de la protección social al estatus laboral de trabajador.
El mercado laboral es una de las instituciones económicas más importantes, de su buen funcionamiento depende no solo el desarrollo social, sino también el económico. Aquellos países que han logrado prosperidad ha sido en parte porque, por un lado, los trabajadores obtienen ingresos proporcionales a su educación y habilidades, y por el otro, las empresas cuentan con las garantías necesarias para desarrollar su actividad de tal manera que puedan generar empleos productivos y mejor remunerados. El éxito radica en balancear y atender paralelamente ambos aspectos. El borrador hasta ahora presentado muestra una reforma que busca proteger el ingreso de los trabajadores a través del empleo, lo cual no es malo; sin embargo, existen otras formas de lograr ese objetivo sin retroceder en lo alcanzado hasta el momento.
*Oriana Alvarez Vos* – Directora Ejecutiva de Fundesarrollo
Publicado el 3 de marzo de 2023
El Heraldo