Publicado el 12 de febrero de 2021

Lo cierto es que la parte transaccional es solo una arista del sector inmobiliario y todavía se ven palpables los efectos en los contratos de arriendo.

Como muchos sabrán, recientemente me posesioné como directora de la Lonja de Propiedad Raíz de Barranquilla, y como bien me compete me gustaría referirme a la importancia del sector en el departamento y su rol de cara a la reactivación económica.

En primera instancia, para nadie es un secreto que el golpe de la pandemia tuvo un efecto diferencial entre los sectores económicos y aquellos paralizados por el aislamiento obligatorio con bajas posibilidades de digitalización, se sumergieron en una recesión profunda.

En el frente laboral, si bien el sector inmobiliario no tiene una alta participación en el total de empleos generados en la ciudad, si fue de los sectores que mayor afectación experimentó, en especial durante los meses de marzo a octubre, donde la caída en el número de puestos de trabajo comprometido entre 63% hasta el 25% de los ocupados en el sector, que en número de ocupados hace referencia a 8 mil personas que perdieron sus empleos.

Sin embargo, con la paulatina recuperación, el sector ha venido mostrando un desempeño que se asemeja a los experimentados en los meses sin pandemia. Durante los meses de septiembre, octubre, y noviembre, el número de transacciones superó entre el 9% y el 23% el número de operaciones de compra y venta experimentadas en el año inmediatamente anterior, a pesar de que el monto de los bienes involucrados en las mismas suman valores inferiores al mes del año inmediatamente anterior respectivo, con excepción de septiembre. Igualmente, tales desempeños no alcanzan a superar lo experimentado en lo acumulado del año, dejando una caída del 31% en el número de transacciones y del 21% en el monto acumulados de las mismas, respecto al año anterior.

Ahora bien, dejando el 2020 atrás, durante el mes de enero la dinámica inmobiliaria en materia transaccional puntúa con un crecimiento conservador, pero positivo respecto al mismo mes del año pasado que se alinea a la tenue recuperación económica que ha pronosticado Fundesarrollo para la ciudad, que, para enero de este año, se ubica por el orden del -0,4%, muy cercano a tocar terreno positivo.

Lo cierto es que la parte transaccional es solo una arista del sector inmobiliario y todavía se ven palpables los efectos en los contratos de arriendo, especialmente en inmuebles de uso comercial, que con un paso más lento avanzan en su ocupación, la cual dependerá en gran medida de la velocidad de la recuperación de la economía de la ciudad, más aún considerando la anticipación de modelos de negocios cuyos canales de ventas han pasado al plano digital y muy probablemente permanezcan ahí.

Por ahora, los propietarios se preparan para asumir y muy probablemente negociar acuerdos de pago para cumplir con el pago del impuesto más importante para las arcas municipales, la renta por concepto del predial, que según dispone la Ley 1995 de 2019 establece que el impuesto predial será de máximo el índice de precios al consumidor (IPC) (1,61%) más ocho puntos porcentuales, en caso de que en el predio haya sido sujeto de actualización catastral, que es el caso para Barranquilla, donde se ha estado realizando esta tarea con mayor intensidad durante los últimos años.

Publicado en Columnas El Heraldo

¡Déjanos un comentario!