Por otro lado, el impuesto de espectáculos públicos (10 % del cobro al público asistente) es destinado para la construcción y mantenimiento de los escenarios deportivos. Otros conceptos de renta con destinación específica son la sobretasa bomberil que se cobra a las empresas industriales y comerciales con el fin de financiar el cuerpo de bomberos de la ciudad; el cobro de las estampillas para el bienestar del adulto mayor, y la procultura, que se realiza cuando se celebra un contrato con las entidades públicas dentro de Barranquilla, se expide una licencia de conducción o se autoriza un espectáculo público. La primera se destina a la construcción, instalación, mantenimiento, adecuación, dotación y funcionamiento de Centros de Bienestar y la segunda a financiar proyectos acordes con los planes nacionales y locales de cultura. También se encuentra la estampilla prohospital, destinada al financiamiento del diseño, construcción, ampliación, dotación de equipos e instrumentos para el funcionamiento de las instituciones hospitalarias del nivel I y II de atención en el Distrito de Barranquilla (Proyecto Hospitales). Este tributo se genera a la solicitud y expedición del estado de cuenta y/o paz y salvo de liquidación y pago del impuesto predial, necesario para llevar a cabo cualquier transferencia de dominio sobre una propiedad inmueble.

El impuesto sobre teléfonos urbanos que se paga al adquirir algún plan de voz o datos es otro impuesto con destinación específica: el 10 % del recaudo de este impuesto se destina a saldar el pasivo pensional de la antigua Empresa Distrital de Telecomunicaciones (Telefónica), mientras el 90 % restante se utiliza para la financiación del sector de deporte y para el desarrollo de actividades propias de cultura, conservación y mejoramiento de parques, espacio público y arborización.

Asimismo, los proyectos de inversión de alta relevancia para la ciudad como el proyecto de Malecón se financian vía endeudamiento y comprometen parte del resto de ingresos corrientes de libre destinación del Distrito.

Durante 2019, las prioridades de inversión sectorial de la ciudad se concentraron principalmente en salud y educación que participan con el 31 % y 28 %, respectivamente, del total de la inversión pública del distrito. Le siguen en su orden los sectores de promoción social (7 %), transporte (6 %), equipamiento (6 %), y fortalecimiento institucional (5 %). Los gastos de administrar la ciudad son del orden de los $381 mil millones para el año 2020, es decir un 12,5 % del total del presupuesto de gastos, de los cuales el 31 % se dirige al pago de la planta de personal y a los contratos por prestación de servicios con los que cuenta el distrito; otro 50 % se dirige a transferencias, principalmente para el pago de pensiones o aprovisionamiento de las mismas, como a las corporaciones autónomas regionales y el porcentaje restante hace referencia a la compra de bienes y servicios; y que en comparación con el resto de ciudades principales, luego de Cali, mantiene una relación alta entre gastos de funcionamiento respecto a inversión.

Finalmente, si bien los sectores sociales aun acaparan la mayor proporción de la inversión pública distrital, existe una amplia gama de rentas con destinaciones específicas en inversiones puntuales o para el pago de compromisos de deuda, entre las se que se destacan los proyectos de el Malecón, los Arroyos y los Hospitales. En la postpandemia, con mayores niveles de pobreza, preocupación por la inseguridad alimentaria e ingresos menguados, será todo un desafío mantener la atención social y la inversión en infraestructura, incluso de cara a unas finanzas públicas recibidas en estado de deterioro. Al menos así lo dejan ver las últimas cifras del índice publicado por el Departamento Nacional de Planeación —DNP— para 2019 sobre desempeño fiscal, que refleja amplias debilidades en ejecución de la inversión, la omisión de información sobre su variable más importante —el saldo de la deuda—, cuyo no registro de información es castigado fuertemente por el indicador y sus pérdidas en sus niveles de holgura, que visibilizan un mayor compromiso de los ingresos corrientes de libre destinación en gastos de funcionamiento.

Publicado en Contexto Media