La ciudad logró una reducción del coeficiente Gini hasta en un 20 %, pero tras la pandemia hubo un retroceso que la llevó a niveles superiores a los del año 2012.

Publicado el 24 de mayo de 2022

El Heraldo: Juan Sebastián Vargas

Barranquilla tiene dos importantes desafíos para seguir reduciendo la desigualdad de ingresos y están representados en el mejoramiento de la calidad de la educación y la disminución de la informalidad laboral.

Entre 2012 y 2018, Barranquilla logró una reducción de la desigualdad en ingresos de hasta un 20 %, pero tras la llegada de la pandemia hubo un retroceso que la llevó a niveles superiores a los de 2012.

Es así como el coeficiente Gini pasó de 0,464 en 2012 a 0,443 en 2018, y luego, en 2020 subió a 0,498 y en 2021 se logró bajar a 0,468.

El coeficiente Gini es un indicador de desigualdad que mide la concentración de la riqueza en un área geográfica determinada, tomando valores entre cero y uno, donde cero representa igualdad absoluta y uno desigualdad absoluta.

Si se compara el dato de Barranquilla con el Gini a nivel nacional que en 2021 se situó en 0,523, se observa que es menor.

Con el fin de analizar los retos y soluciones para las desigualdades urbanas en Colombia y Latinoamérica, la Universidad del Rosario, Minciencias y la Universidad Tecnológica de Bolívar presentaron los resultados del informe ‘Ciudades Desiguales’, en el que mostraron los casos de Barranquilla, Cartagena, Bucaramanga y Pereira.

Mejorar educación

Sobre los  resultados, la directora ejecutiva de Fundesarrollo, Oriana Álvarez, reiteró que Barranquilla necesita mejorar la calidad y pertinencia de la educación.

“Barranquilla avanzó en cobertura de educación básica y media; sin embargo, el promedio de educación de la población ocupada en la ciudad es de 12 años (educación media), por lo que hay que seguir mejorando en el acceso a la educación superior. Y por el otro lado, la informalidad laboral”, destacó Álvarez.

Dijo que 7 de cada 10 ocupados en la región Caribe están laborando en la informalidad, por lo que estas personas tienen salarios mucho más bajos.

“Es necesario seguir capacitando a la población con menos oportunidades de ingreso a la educación superior con aquellas habilidades y destrezas que requiera el mercado laboral. Así mismo, incrementar el índice de bilingüismo, sobre todo en una ciudad que desea apuntarle al turismo como potencial de desarrollo y crecimiento económico”, indicó.

Agregó que Barranquilla antes de la pandemia había logrado importantes avances en la reducción de la desigualdad medida por el coeficiente de Gini y en indicadores de pobreza y pobreza extrema.

“En el 2019 la ciudad tenía menor incidencia de pobreza y pobreza extrema con un coeficiente de Gini de 0,45 por debajo del Nacional (0,50). Las principales razones que el estudio atribuye esto es a una mejora en la distribución de los ingresos laborales; es decir, los ingresos estaban llegando a más personas y se repartían con menos diferencias proporcionales”, explicó Álvarez.

El director del DANE, Juan Daniel Oviedo, recalcó que en el caso de Barranquilla se presentó una mayor equidad en los indicadores.

Sin embargo, señaló que “la recuperación de los ingresos de la población que se presenta en Barranquilla se dio por la recuperación del empleo informal”.

A su vez, Silvia Otero, profesora de la Universidad del Rosario, sostuvo que Barranquilla debe mejorar la oferta educativa y que sea más igualadora.

“El camino desigual de Barranquilla está en los sistemas educativos, donde se plasma más la desigualdad preexistente, pero se compensa con mayor expansión en educación superior ante la buena absorción del mercado”, indicó Otero.

Los avances

A su vez, el gerente de Desarrollo Social de Barranquilla, Alfredo Carbonell, dijo que la informalidad es un gran reto que se ha venido trabajando desde la Secretaría de Desarrollo Económico, mejorando unidades empresariales, y facilitando programas de acompañamiento a micronegocios.

“Queremos darles mas capacidades y apoyo a las personas mas vulnerables, todo esto con el fin de reducir la desigualdad”, dijo Carbonell.

Sobre educación, el funcionario resaltó que los programas de doble titulación en colegios distritales y la mejora sustancial en calidad educativa en los últimos 14 años, pasando en la mayoría de los colegios públicos de un puntaje C a un puntaje A+, según pruebas Saber, ha permitido avanzar hacia una sociedad mas igualitaria.

Otras ciudades

 Los indicadores que miden la desigualdad de ingresos, conocidos como Gini y Palma,  presentaron trayectorias diferentes en varias ciudades capitales del país.

“Pereira se estancó completamente, pero a partir de 2013 tuvo un descenso aceleradísimo en la desigualdad de ingresos, alcanzando incluso a Bucaramanga. Cartagena es la ciudad analizada con menor éxito: su desigualdad de ingresos fluctúa y por la mayor parte sufre un estancamiento”, explicó la profesora Otero.

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