Publicado el 2 de noviembre de 2021,

Por: Katherine Diartt Pombo

La espera pronto terminará con la llegada de Arena del Río, que aspira a convertirse en el Hub de entretenimiento más importante del Latinoamérica; un proyecto que inicialmente se construiría en México pero que gracias a uno de sus socios principales, la arenosa pudo quedarse. Ese hombre no es ningún empresario desconocido, es Edgar Rentería: el Niño de Barranquilla. Su firma, Two Way Stadiums es la que está detrás de este ambicioso sueño.

Barranquilla en varias dimensiones ha vivido un particular resurgir, en materia de infraestructura la ciudad ha conquistado importantes avances de los cuales hoy goza la ciudadanía. Especialmente en lo que concierne a escenarios deportivos, gracias a los Juegos Centroamericanos, los amantes del deporte quedamos con espacios de lujo. Y si bien el pabellón del Centro de Eventos Puerta de Oro ha servido para conciertos de artistas de talla mundial, curramba seguía huérfana de un lugar que para todo tipo de público se convirtiera en el foco urbano de los mejores actos de entretenimiento.

La espera pronto terminará con la llegada de Arena del Río, que aspira a convertirse en el Hub de entretenimiento más importante del Latinoamérica; un proyecto que inicialmente se construiría en México pero que gracias a uno de sus socios principales, la arenosa pudo quedarse. Ese hombre no es ningún empresario desconocido, es Edgar Rentería: el Niño de Barranquilla. Su firma, Two Way Stadiums es la que está detrás de este ambicioso sueño.

Pero no es el único MVP (como se conoce en el béisbol al mejor jugador de la temporada, título que Edgar ganó en sus épocas de deportista); hay otra desde el plano ejecutivo, una especialista en volver metas en realidad: Tatyana Orozco. Quien ha regresado a la ciudad con el ímpetu y fuerza que la caracterizan para dirigir este enorme proyecto que podría generar más de 10.000 empleos calificados en una época económica en la que cada uno de esos puestos de trabajo, se traducen en bienestar colectivo.

En esta columna semanal me he cuidado mucho de escribir textos que parezcan halagos a personajes públicos, pero es que en esta ocasión me doy ese permiso porque como loca amante de los deportes que soy, con Edgar he llorado literalmente de la emoción y a Tatyana le guardo una admiración profunda por lo que ha construido paseándose sin tacha por el sector público y privado. Arena del Río, está en las mejores manos. A los Barranquilleros este escenario no hará otra cosa distinta que ponernos en las grandes ligas del entretenimiento mundial. Seguro gozaremos como audiencia pero también nos beneficiaremos económicamente de lo que cada gran evento suponga.

En 2025 se espera las obras estén plenamente avanzadas, con una ubicación estrategia y cercana al río Magdalena. El complejo incluye, casino, hotel, comercios, entre otros. Los palcos de la etapa 1 están completamente vendidos, lo cual demuestra que hay un respaldo y confianza al proyecto; los de la nueva etapa están a punto de ser lanzados y seguro volarán. También habrá una democratización de boletería, es decir, el ticket para cada acto contará con un mejor precio en el mercado ya que será dividido entre las 53.000 personas para las que tiene capacidad la arena principal.

Y para quienes se preguntan de dónde salen los recursos, la Presidenta del proyecto ha afirmado que la inversión será de unos US$470 millones a lo largo de toda su construcción, todo es privado, y con capital extranjero. De hecho, Sound Diplomacy y Fundesarrollo, se unirán para medir y analizar de manera rigurosa el impacto de esta iniciativa, y así cuantificar su significado económico.

Le ganamos este proyecto a México simplemente por ser la cuna de Edgar, pero Barranquilla está demostrando cómo es que una bola se saca de home run. Porque nosotros de eso, si sabemos.

Publicado en columnas El Heraldo

 

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