Publicado el 9 de julio de 2021,

Por Oriana Álvarez

El inicio de este año ha estado marcado por una buena dinámica industrial; Atlántico se ubicó dentro de los tres departamentos con mayor crecimiento después de Boyacá y Caldas según datos del DANE.

La recuperación del mercado laboral en Colombia ha sido muy lenta y heterogénea, caracterizada por las medidas adoptadas para mitigar los contagios de Covid-19 en cada una de las diferentes ciudades del país y por la recuperación económica de sectores claves en la generación de empleo. En la región Caribe la heterogeneidad ha sido amplia, por un lado tenemos ciudades como Riohacha y Valledupar con tasas de desempleo por encima del 20% y por el otro, a Barranquilla y Cartagena que no sólo tienen tasas menores al promedio nacional sino también al regional. Una de las explicaciones de estos resultados se encuentra en el aparato productivo de cada uno de los departamentos del caribe Colombiano. La alta dependencia a las actividades minero energética en la Guajira y a la explotación del carbón en el Cesar impactaron fuertemente sus economías generando contracciones en su producción interna de -26.9% y -16.9% respectivamente. La concentración de las actividades industriales en los departamentos de Atlántico y Bolívar ayudó a mitigar la caída del PIB y amortiguó el deterioro del mercado laboral; recordemos que este sector junto con el de la construcción fueron los primeros que retomaron de forma gradual sus actividades. La industria después del sector comercio es la que más contribuye a la generación de empleo en Barranquilla.

El inicio de este año ha estado marcado por una buena dinámica industrial; Atlántico se ubicó dentro de los tres departamentos con mayor crecimiento después de Boyacá y Caldas según datos del DANE. El papel que ha jugado el sector industrial en la reactivación económica a través del impulso de alianzas público privado para acelerar el proceso de vacunación en las diferentes empresas del país, así como con la generación de propuestas de política económica (reforma tributaria) que restauraren la confianza productiva y empresarial en Colombia, ha sido fundamental.

No obstante, todavía hay importantes retos que afrontar en la región Caribe, como por ejemplo, la recuperación de 130.000 empleos para alcanzar los niveles de ocupación pre-pandemia. En este sentido, se espera que en la medida en que este sector fundamental para la economía regional pero particularmente para la del Atlántico muestre un mayor dinamismo pueda generar un impulso adicional en la recuperación de la senda de crecimiento que se tenía antes de la pandemia; y por ende en la creación de mayores puestos de trabajo.

Dentro de este contexto resultaría un buen momento para discutir las mejores estrategias para lograr un crecimiento económico sostenido en el mediano y largo plazo tanto para la ciudad como el departamento. Realizar un proceso de construcción colectiva que lleve a propuestas de proyectos y acciones que aporten a la sofisticación y diversificación del aparato productivo. Es decir, la implementación de políticas de desarrollo productivo que potencialicen al sector industrial pero que también incluyan al agropecuario, el de comercio, servicios, construcción entre otros. Esto solo será posible en la medida en que se logre implementar una agenda de trabajo en conjunto entre lo público, privado y la academia; el sector industrial en el país nos ha demostrado que estas alianzas cuando hay voluntad y deseos de trabajar por el mismo objetivo pueden resultar muy beneficiosas para la economía y la sociedad en general.

Publicado en Columnas El Heraldo

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