Publicado el 19 de febrero de 2021

Por Oriana Álvarez

Barranquilla debe desarrollar programas para garantizar mejoras continuas en la calidad del empleo y la reducción de las brechas de género.

Con el inicio del proceso de vacunación, Colombia se prepara para comenzar la recuperación económica, el camino no será fácil, pero inevitable, sobre todo si se quiere retomar la senda de crecimiento económico que traíamos antes de la declaratoria de la pandemia por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Es necesario incentivar el crecimiento de la demanda interna a través del consumo privado y la inversión. Para esto, se debe priorizar la generación de empleo. La pandemia ha colocado en evidencia que el mercado laboral, requiere de normas más flexibles que permitan responder a realidades dramáticas como la generada por la covid-19. Según el DANE, la tasa de desempleo pasó de 12.2% en febrero al 13.4% en diciembre del año pasado; unas ciudades fueron más golpeadas que otras, por ejemplo, en el caso de Barranquilla, presentó una de las menores tasas de desempleo, sin embargo, aún quedan retos importantes en la reducción de brechas de género. En el último trimestre del 2020, se ubicó como la segunda ciudad con las  brechas más altas de desempleo, después de Cali y por encima de Bogotá.

Es evidente que la crisis provocada por la pandemia afecta de manera diferente a hombres y mujeres; entre las principales razones se señala, que estas últimas tienen mayor presencia en los sectores más golpeados de la economía debido a las restricciones de movilidad y medidas de confinamiento, como  son el comercio y el sector servicios; por otro lado, la suspensión de las actividades educativas presenciales y del cuidado que culturalmente han sido asignadas a las mujeres, les han generado mayores responsabilidades, obligándolas a tener que abandonar el mercado laboral. Es por ello, que los retos de este año, deben estar centrados en el desarrollo de políticas públicas y programas por parte del gobierno central y las entidades territoriales que permitan generar no solo empleo de calidad, sino  acciones de intervención diferencial. Una de esas podría ser, regular los cambios en la forma de trabajo, y flexibilizar las normas laborales ajustándolas a la nueva realidad; así mismo, promover capacitaciones en el uso de las nuevas tecnologías, para mejorar y agilizar los procesos productivos  de tal manera que las mujeres puedan acceder a mejores oportunidades laborales.

Lo anterior, resulta relevante teniendo en cuenta que la igualdad de género es un compromiso del gobierno central, reflejado en el marco normativo y en el Plan de Desarrollo 2018-2022 “Pacto por Colombia, pacto por la equidad”; el país ya cumplió los primeros cinco años de la Agenda 2030, la cual exige revisión del cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en donde, la igualdad de género es uno de ellos. En este sentido, Barranquilla debe desarrollar programas para garantizar mejoras continuas en la calidad del empleo y la reducción de las brechas de género para lograr una mayor equidad económica y social.

Publicado en Columnas El Heraldo

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