Publicado el 16 de diciembre de 2020

Por Jairo Parada

La pandemia hoy alcanzó la cifra record de mas de 300,000 muertos en Estados Unidos, cifra superior a todos los caídos en la Guerra de Vietnam. Ya en el mundo, el virus ha golpeado con mas de 1,600,000 muertos. Colombia ya registra mas de 39,000 fallecidos, con una tasa de 796 fallecidos por millón de habitantes. La pandemia reveló nuestras deficiencias institucionales de todo tipo, no solo de profunda pobreza y desigualdad, sino la de un sistema de salud en manos del mercado. Aquellos países con sistemas solidos de salud, con fuerte regulación estatal como los asiáticos, han demostrado mayor capacidad de resistencia ante los embates del virus. Ahora, las diferentes vacunas nos llenan de esperanzas, pero la pugna comercial de las grandes farmacéuticas y la falta de solidaridad internacional, colocará a los países pobres al final de la cola de los países atendidos. Allí, hasta ahora, los colombianos vemos con angustia la débil capacidad del gobierno de Duque para enfrentar este problema, aunque ojalá estemos equivocados, pues la muerte acecha por todos lados. No parece que sus alianzas fallidas con Trump nos hayan servido de mucho, pues ya en USA se empezó a vacunar, como en otros países, y nosotros tendremos que esperar mas muertos. En esta pandemia, no es que nos haya ido muy bien, ocupamos el puesto 24, entre todos los países del mundo, lo cual nos coloca en un mal ranking, en muertos por millón.

La debacle es un término que recordé del titulo de la novela de Emilio Zola, cuando Francia se desploma militarmente en la guerra contra sus vecinos, durante la Guerra Franco-Prusiana, la caída del II Imperio y la Comuna de Paris a fines del siglo XIX. Acá la economía mundial se ha desplomado y el PIB de Colombia caerá en un 8% este año. La pandemia nada ha tenido de igualitaria. Ha golpeado con fuerza las poblaciones mas pobres, sumergidas en la informalidad, y a los estratos uno, dos y tres. Un patrón de acumulación de capital en Colombia que mantiene a la población en un 50% de informalidad, se refleja en la fragilidad laboral y mayor exposición al virus. El gobierno apenas ha gastado un 2,5% del PIB en ayudas en esta pandemia, quedándose muy corto con las demandas con nuestros mártires del sector de la salud. La Ley de Punto Final sigue sin llegar al sistema de salud, y la mayor parte de los recursos de crédito han terminado en manos de las grandes empresas, sin que lleguen en mayor grado a los pequeños negocios. La debacle no ha sido solo económica, sino también política. Se ha reforzado el autoritarismo en el mundo, y el movimiento social ha quedado reducido a la virtualidad inútil. En Colombia, ello se ha aprovechado para masacrar a los lideres sociales y a los reintegrados de las exFarc. Todos los días, los ciudadanos asistimos a la matanza de lideres en derechos humanos y otras urgencias sociales, sin que el gobierno muestre alguna voluntad de frenar esta hecatombe. Solo se ha dedicado a capturar todos los organismos de control del estado, las cortes y la defensoría del Pueblo. Igualmente, alista sus futuras operaciones de fracking y fumigación con Glifosato, a pesar de las consideraciones ambientales.

En medio de este desastre, nuestros gobiernos locales no se quedan cortos. En el Atlántico perdimos 1,490 conciudadanos a la fecha, y en la Barranquilla imparable han fallecido 1,787 personas. Hemos pasado lo peor del pico, pero ahora viene el rebrote. La tasa de muertos por millón ha sido de 1230 para el Atlántico, y 1304 para Barranquilla, las cuales exceden, casi duplicando, el promedio nacional. ¿Puede calificarse esto como un éxito? Ha quedado demostrado que el diseño del sistema de salud local privatizado a través de empresas como mi Red (dizque de economía mixta) no funcionó bien. Los ingresos tributarios del Distrito ya habían caído a mitad de año en el 10%, y los ingresos totales en un 24% según Fundesarrollo. Con una deuda de casi $3 billones entre pasivos a largo plazo y vigencias futuras, el gobierno de Pumarejo ya emitió bonos de deuda por $600,000 millones. ¡Mas prosperidad al debe! Y la contratación desbordada para sus amigos, continua! No hay pandemia que valga! (Ver https://lacontratopediacaribe.com/). Aun asi, hay esperanzas, la lucha social se reactiva, Biden triunfó en USA y las vacunas ya están en camino. Otro mundo es posible. ¡Sólo hay que despertar!

Publicado en Diario La Libertad

 

 

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